EN LA ESQUINA

Cae el día, la noche con sus sombras va anunciándose y con ella el brillo de sus ojos va haciéndose un hueco en el cajón secreto de su vida.

Sale a la calle con una sonrisa prestada, tan falsa como los adornos que intentan engalanar su pequeño cuerpo y con la mirada siempre en el suelo para no ver lo que se dibuja a su alrededor.

Se acomoda en su esquina dispuesta a vender caricias a cuerpos faltos de amor, a interpretar el papel de amante pasional, a lanzar al viento falsos gemidos sin valor.

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Respira hondo y eleva su cabeza buscando esa luna que parece dedicarle una mirada burlona recordandole lo que es, lo que no es.....y se pregunta un día tras otro por que la vida eligió ese camino para ella, por que se vio envuelta en un juego que no le correspondía queriendo olvidar el día que soñó ganar la partida en esa vida de fáciles recompensas.

Y va paseando su cuerpo entre manos frías, bocas sin sabor, camas sin el calor de dos cuerpos entregados a la pasión dejando su alma cada vez más vacía, mas agonizante.

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No pertenece a nadie ni tan siquiera a si misma, solo es hija de la noche, un nombre en el aire, un rostro pasajero, un cuerpo sin recuerdo.

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Termina la noche, lava su cuerpo de miserias y desnuda sobre su cama solo sueña con recordar unos ojos, unos besos, un calor.

Gala

SUS OJOS

La vida se le iba agotando, se le escapaba silenciosa entre los dedos sin darle más oportunidades, sin concederle tregua alguna.

Sabía que él era el perdedor, que la suerte estaba echada y no había más partidas que jugar pero seguía luchando por arañar unos segundos a cada día, a cada atardecer.

Se negaba a iniciar el último viaje, a dejar esta vida sin volver a mirar unos ojos que un día se posaron en él, esos ojos por los que cada amanecer pedía un minuto más.

Salió a la calle, una fuerza extraña guiaba sus pasos. No sabia ni entendía hacia donde se dirigía pero estaba tranquilo, presentía que algo iba a ocurrir y se dejó llevar.

Sin darse cuenta llegó hasta el lugar donde la conoció, donde se había enamorado, donde ella le había hecho navegar por mares de sueños, de ilusiones, de felicidad.

Se detuvo, el corazón comenzo a latir tan fuerte que hasta temió que fuera escuchado. Y sin saber como allí estaba, delante de él mirándole timidamente y con una dulce sonrisa iluminando aún más su bello rostro.

Deseó besarla, confesar su callado amor pero no podía, no debía, no ya no, era demasiado tarde en el reloj de su vida.

La vió alejarse pero no sintió dolor, no habia tristeza, la calma invadia todo su cuerpo, ya podia iniciar su largo viaje,

Regresó a su casa con una gran sonrisa, apoyó la cabeza en la almohada, cerró los ojos y con esa mirada aún en su retina , se fue despacio, se fue feliz.


Gala

MIEDO

Calló la tarde y la inquietud ya empezaba a apoderarse de ella . Tarde o temprano se abriría la puerta que desataba todos sus miedos.

De pronto escucho los temidos pasos y un escalofrío se apodero de su frágil cuerpo. No podia evitar sentirse pequeña, insignificante, vacia.

Con una risa cruel se acerco a ella y puso en sus manos un ramo de rosas.

- Feliz día de los enamorados mi amor.

Sintió un beso en la frente y las entrañas le ardieron como un fino papel, quiso apartar su cabeza, despreciar ese falso beso pero el miedo hacía mucho tiempo que anulaba sus deseos.

Sus manos temblorosas cogieron aquel cínico regalo e intento esbozar una de sus olvidadas sonrisas.

-Venga ponte guapa que vamos a salir, hoy es un día especial y tenemos que celebrarlo.

No dijo nada, las palabras temían salir por su boca para no ser calladas por la mano de ese hombre sin corazón y con una fingida mueca corrió a vestirse para no hacerle esperar.

Observó su rostro en el espejo, respiró hondo, no quería llorar o tal vez ya no le quedaban lágrimas y con las manos temblorosas comenzó a maquillar aquel rostro que un día fue bello...tonos oscuros en su piel y lilas en sus ojos para disimular los restos de unas señales que su enemigo habían dejado.

Y salió a la calle cogida de la mano que día tras día borraba su vida, mataba su alma.

Gala

ENTREGA

Asomas tus ojos por la ventana de mi vida y como un ladrón

entras en ella apoderándote de mis sentidos

anulando mi espacio, nublando mi razón.

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Sin quererlo, te haces dueño de todos y cada uno de mis

rincones, acomodandote entre los pliegues de mi piel

sedienta de ti, ofreciéndome las gotas de tu deseo.

Me vistes de placer engalanando todos mis sentidos

y me convierto en arcilla para que tus manos moldeen

mi cuerpo en el torno de nuestra pasión.

Me dejo llevar, enloquezco , se que te pertenezco y deshago

mis ganas en el juego en el que me envuelves

derrotándome a cada caricia a cada beso.

Y así, despacio igual que llegastes, desapareces

entre la niebla dejandome presa de tu recuerdo,

con lágrimas en el alma y al amparo

del silencio y el frio de la soledad.

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Se que volverás y de nuevo

te llevaras en los bolsillos otro pedazo de mi.

Gala