Necesitaba envolverse con el viento, notar su suave y cálida caricia alrededor de su cuerpo y con un leve impulso desplegó sus brazos cual majestuosa ave inicia su vuelo y acompañada de una inmaculada nube blanca en la cual poderse recostar , comenzó a surcar los cielos de esa vida que tanto necesitaba cambiar.
Contemplo ríos formados con aquellas lágrimas vertidas en sus más amargos días y sopló sobre ellos queriendo borrar hasta la última gota de ese llanto y así devolver a sus ojos el brillo de una dulce niñez.
Despacio se acercó a su corazón que para no ser escuchado latía tímidamente aún dolorido por las heridas que las despiadadas garras del amor tantas veces se habían clavado en él y con el mayor de los cuidados, fue cerrándolas con los delicados hilos que su blanca compañera le iba regalando.
Emocionado al verla, el sol quiso obsequiarla con su más preciado don y abriendo sus manos se las llenó del calor que tanto añoraba en esas frías e interminables noches y como una fina lluvia la fue esparciendo hasta el fondo de su alma.
No sabia si era por el viento que la mecía entre sus brazos ó por ver como se asomaban todas y cada una de las sonrisas que había regalado pero se sintió feliz y con ritmo tranquilo bajó de nuevo a su realidad con el cuerpo envuelto en esa paz que tanto había buscado y con paso firme se dirigio hacia un nuevo horizonte lleno de días claros y noches para soñar.
Gala